A pesar de lo que algunos visionarios pensaban,estamos en 2010 y seguimos con nuestra rutina.Recuerdo las películas de ciencia ficción sobre el año 2000,que veía de pequeña.En ellas nos decían que en el siglo 21 la vida sería totalmente diferente.Nuestras ciudades serían una especie de acuartelamientos en los que todas las casas,totalmente robotizadas,serían iguales.Nosotros iríamos vestidos todos de la misma forma,con unos horribles buzos que,al verlos en blanco y negro,eran aún más feos.Nuestra vida estaría continuamente controlada,no podríamos salir nunca de nuestro recinto y nos alimentaríamos por medio de pastillas.A mí me horrorizaba pensar en un futuro así.Yo,que siempre he sido muy presumida y he odiado todo tipo de uniformes,no podía imaginarme enfundada en una cosa tan fea.Y lo que era peor,!siempre llevando la misma ropa!.Y lo de las pastillas me daba mucho asco.Con lo que me ha gustado siempre saborear la comida,sobre todo lo dulce.Y claro, hacía cuentas y veía que,si no me pasaba nada,lo más probable es que viviera en el año 2000.Un poco "vieja",eso sí,porque ya casi tendría 40 años.Pero suponía que a pesar de la edad,no me iban a gustar los cambios.Más de una noche la pasé en blanco imaginando cómo escapar de una vida así.Menos mal que las cosas no hen segido ese rumbo y,entre otras cosas,seguimos disfrutando del placer que supone tener libertad para vivir como queremos y como no,gozando con el arte de cocinar.
Espero que este año que hemos empezado sea,como mínimo,como el anterior,aunque puestos a pedir,quisiera que fuera mejor.Ahora a disfrutarlo y vivirlo segundo a segundo.Y a esperar que los Mayas,al igual que los guionistas de aquellas películas,se equivocaran y no sea verdad que nos quedan dos telediarios.Claro que,al paso que vamos,nosotros solitos nos vamos a destruir.Pero seamos optimistas y pensemos que todo va a ir mejor.
sábado, 9 de enero de 2010
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Nunca he sido muy aficionada a las labores, pero desde hace un tiempo, les he cogido el gustillo. Hace un par de años,mi hija estaba en Chile estudiando y quería mandarle para su cumpleaños algo especial, hecho por mí. Así que me compré una revista,unas lanas, y me puse manos a la obra. Aquí está el resultado. Lo mejor de todo es que me enganché, y desde entonces, siempre tengo una labor entre manos. Algo que agradecen mi familia y amigas, porque me encanta regalar lo que hago.
Este chal sigue el mismo modelo del anterior,pero hay algo que lo hace especial.El hilo con el que lo hice era parte de una cortina que quité de mi vestidor.Como no me gusta tirar nada,la metí en una bolsa y la guardé,por si algún día me servía para algo.Y ya veis,siempre se puede buscar utilidad a las cosas.
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