viernes, 5 de febrero de 2010







Lo que más ha cambiado de la fiesta ha sido,sin duda,el papel de las quintas.Cuando yo fuí quinta,nuestro papel era practicamente nulo.Nos limitábamos a preparar la torta,que es una rosca de pan especial,adornada con bombones y un lazo.La forma de entregarla era la misma que ahora,los reyes van a casa a buscarla,la metes en el palo y bailas con ellos.Es tradición que la madre de la quinta les acompañe en el baile.No hay duda de que yo lo cumplí también.El día siguient,los quintos nos invitaban a tomar café,nos dejaban uno de sus pañuelos y les acompañábamos bailando por las calles del pueblo.Esa era toda nuestra participación en la fiesta.Por suerte,hace ya unos años que las cosas han cambiado.Ahora las quintas se visten de caseras y empiezan la fiesta el día 4,por la tarde.Ese día,salen cantando por las calles.Llevan unas cestas de mimbre en las que guardan el dinero que les dan.Como no pueden subir a las casas,extienden una sábana blanca debajo de las ventanas y en ella recojen las monedas que les echan.
El día 5,después de entregar las tortas,acompañan a los quintos,ayudándoles a llevar el caballo.Los últimos años,también se eligen dos reinas,que ayudan a los reyes a organizar la fiesta.Antes,el primer rey tenía que sacar a bailar a la camarera que les había servido la comida,pero ahora los dos reyes sacan a las dos reinas.El último día ellos vuelven a bailar y ya pueden sacar a la chica que quieran.
Las quintas juntan su dinero al de los quintos y comen todos los días juntos.Ultimamente su participación ha aumentado tanto que ahora incluso bailan el zortziko,igual que los chicos.Es un tema que tiene a la gente dividida.A mí,personalmente,no me gusta,el baile no es de chicas.Además,yo pienso que la igualdad no consiste en hacer un baile y cargarse una tradición.Pero bueno,supongo que me acostumbraré.

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MIS CHALES DE GANCHILLO

Nunca he sido muy aficionada a las labores, pero desde hace un tiempo, les he cogido el gustillo. Hace un par de años,mi hija estaba en Chile estudiando y quería mandarle para su cumpleaños algo especial, hecho por mí. Así que me compré una revista,unas lanas, y me puse manos a la obra. Aquí está el resultado. Lo mejor de todo es que me enganché, y desde entonces, siempre tengo una labor entre manos. Algo que agradecen mi familia y amigas, porque me encanta regalar lo que hago.
Este chal sigue el mismo modelo del anterior,pero hay algo que lo hace especial.El hilo con el que lo hice era parte de una cortina que quité de mi vestidor.Como no me gusta tirar nada,la metí en una bolsa y la guardé,por si algún día me servía para algo.Y ya veis,siempre se puede buscar utilidad a las cosas.